LA IMPORTANCIA DEL AGUA

El agua, bien fundamental para la vida de todos los organismos vivos que habitan nuestro planeta, es un elemento inagotable dado que mas del 70% cubra la superficie terrestre del mismo, pero poco mas del 2,5% es agua dulce y prácticamente el 1% de esta última es apta para el consumo, lo que nos da una idea de lo importante que es no darle mal uso. Supongo que quien más o quien menos recordáis el crítico episodio de sequía que nos tocó vivir durante el invierno del 2007 hasta bien entrada la primavera de 2008 donde se plantearon infinidad de medidas y soluciones. Por suerte esta situación no se ha vuelto a repetir, pero da la impresión que se trató de un hecho aislado excepcional, imposible que se repita de nuevo. La mayoría de las medidas se quedaron en el camino y se aparcaron las soluciones en cuanto llegaron las primeras lluvias, incluso se derogaron algunas ordenanzas adoptadas por algunos Ayuntamientos. Mientras Cataluña estaba inmersa en un período interminable de sequía, trayendo agua potable agua en barcos -aunque cueste de creer-, los pantanos del País Basco abrían sus compuertas para evitar posibles desbordamientos. Está claro que la metereología no se rige por ninguna ley de necesidades. Al igual que en su día se obligó por ley la colocación de placas solares para la aportación del agua caliente sanitaria en obra nueva y grandes reformas, se tendría que implantar el reciclaje de las aguas grises dentro de los edificios y la necesidad de acumular el agua de la lluvia en viviendas unifamiliares aisladas para el mantenimiento del jardín y sobre todo en naves industriales para la refrigeración y uso de su maquinaria. El agua que se utiliza para el consumo humano es la misma que se encuentra en la cisterna de los inodoros, con la que se suelen regar los jardines o se refrigeran las máquinas de las industrias. Esta agua ya se ha tratado previamente en las plantas de potabilización, con lo cual ya nos llega con un coste a nuestros hogares y no se distingue una de otra, por lo que se paga igual la que se utiliza para el uso con que se la ha tratado, que la que se tira por el retrete o por los desagües al ducharnos… Lo primero que se me pasa por la cabeza es que vaya manera de tirar el dinero y no aprovechar un proceso y el tiempo que este conlleva por el poco consumo que realmente se le da a esta agua cuando entra cada día a cada casa, edificio o fábrica. Es evidente que nos encontramos delante de un cambio climático. En las noticias nos hablan de temperaturas extremas, tanto máximas como mínimas, en todo el planeta. Los fenómenos metereológicos son mas frecuentes y cada vez mas violentos (tormentas, huracanes, ciclones, terremotos, tsunamis,…) El clima está cambiando, esto está claro cuando vemos el oleaje que llega a las costas cantábricas, los fríos de mas de 50º bajo cero de EE.UU. o la ola de calor que arrasó Australia. No es para que empiece a cundir el pánico, pero tampoco para que nos lo tomemos como si no sucediera nada. Ante estos cambios creo que haríamos bien en empezar a contribuir entre todos en regular nuestro consumo de agua. Sin ella no estaríamos aquí ninguno de nosotros. El trabajo de los arquitectos y otros técnicos competentes en construcción de edificios, equipamientos e infraestructuras tendría de tener en cuenta este echo e integrarlo ya en su diseño desde un principio y mentalizarnos todos juntos, no solo de la necesidad de hacerlo, sino porque a la postre también repercutirá en nuestros bolsillos. En otro post ya hablaremos de algunas de las medidas que podemos utilizar en nuestros hogares para el ahorro de agua y de esta manera también se reflejará en nuestra factura. Josep Mª Planas i Cuevas -arquitecte-

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