VALOREMOS NUESTRO TRABAJO

El trabajo en el mundo de los arquitectos ha dado un giro de 180º. De tener mas trabajo casi del que podíamos realizar, hemos pasado a pisarnos los unos a los otros, parece que todo sirve para llevarnos un encargo, aunque sea una simple cédula de habitabilidad o los de más reciente aparición como los certificados de eficiencia energética, por poner algún ejemplo.
Me deja preocupado ver anuncios por Internet ofreciendo nuestros servicios para estos trabajos a unos precios que no muchos años atrás eran del todo impensables. Valorábamos por encima de todo nuestro trabajo y sobre todo hacíamos pagar nuestros conocimientos, en alguna ocasión más de la cuenta.
Ni una cosa ni otra, nuestros conocimientos y sobre todo, nuestra responsabilidad sobre el trabajo que realizamos y firmamos tiene un valor que siempre habíamos defendido delante de nuestros posibles clientes. No entiendo que hayamos echado por tierra este valor y, más importante aún, el respeto que tenia nuestro colectivo por parte de otros profesionales competentes en algunos de nuestros trabajos. Vergüenza siento ahora cuando te piden precio para un cerificado, informe o cualquier otro trabajo y la respuesta mas habitual es: “A mi me lo hacen por la mitad”. Que flaco favor nos estamos haciendo en esta época de crisis a nosotros mismos.
La mala praxis de nuestro trabajo por parte de algunos, nos deja en evidencia al resto. La liberalización de nuestros honorarios ha traído consigo la ley del mayor postor, sin tener en cuenta ni la calidad, ni la responsabilidad ni el compromiso de nuestro trabajo.
Por el bien común creo que es momento de reflexionar sobre todo esto y volver a valorarnos como profesionales que somos. Recordar las noches en blanco que nos costó ser quien somos para terminar ese proyecto que a última hora decidimos cambiar o ese plano inmenso de urbanismo cuando las cosas aun se hacían con rotring y a mano, pintando arbolitos a las cinco de la madrugada… eso no tiene precio.
Hagamos valorar nuestros conocimientos, sean cuales sean y nos dediquemos a l que nos dediquemos. Que valoren tu trabajo, no solo con alabanzas, es una motivación para hacerlo mejor y más eficazmente. Hay que hacerse valorar y por supuesto que se nos valore en nuestra justa medida por parte de nuestros superiores o posibles clientes. No es una tarea fácil, pero vale la pena al menos intentarlo.

Josep Mª Planas i Cuevas
-arquitecte-

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